
No nos engañemos. Este tipo de estrategias pueden dar resultado unos días pero no podremos vivir escapando de los alimentos y permitiendo que restrinjan nuestras actividades y nuestra vida social. La única manera de conseguir superar esta situación es “haciendo amistad” con la comida. Algunos consejos para conseguirlo son los siguientes:
- Cuando sientas ganas de comer un determinado alimento, recuérdate a ti mismo por qué ese alimento no te conviene. Piensa en las ventajas de estar perdiendo peso e intenta visualizarte a ti mismo con menos peso, sintiéndote más saludable y seguro de ti mismo. Una vez tengas esa imagen en tu mente, vuelve a plantearte si comer ese alimento va a merecerte la pena.
- Intenta motivarte todos los días: Piensa en lo que ya has avanzado, en que ya te queda menos, en las dificultades que ya has vencido… Envíate mensajes positivos, diciéndote que puedes hacerlo y que confías en ti mismo.
- Cree en ti mismo: Si piensas que no lo conseguirás y que no merece la pena esforzarse, fracasarás sin remedio. Debes creer en ti, en tu fuerza de voluntad, en tu autocontrol… Esas cualidades están en ti e irán mejorando según las entrenes.
- Dedica tiempo y energía a la dieta: No vivas la dieta como un sujeto pasivo, sufriendo y concentrándote en las privaciones. Eso te llevará a encontrarte cualquier día con que no tienes ingredientes o tiempo para preparar lo que deberías preparar y haciendo que acabes comiendo un bocadillo.
- Planifica qué vas a comer, intenta ilusionarte encontrando platos nuevos, yendo a comprar los ingredientes y aprendiendo a cocinarlos. Comparte los nuevos platos que te gusten con tus familiares y amigos.
- Esfuérzate por seguir la dieta incluso en esos días en los que te encuentres desmotivado y falto de ánimo. Si consigues triunfar esos días, tu seguridad en ti mismo aumentará muchísimo y te sentirás más fuerte y con más posibilidades de conseguirlo.
- Evita los atracones y comer cuando te encuentres mal: Si ves que la tentación es muy grande, sal a realizar cualquier actividad, llama a alguien por teléfono… Poco a poco irás notando que esa ansiedad repentina por consumir alimentos de forma descontrolada va desapareciendo y deja de atormentarte.