Amarse,
aprobarse, confiar en nosotros y hacer las cosas para nosotros… es una buena ayuda para establecer una relación sana con la comida, y en consonancia bajar de
peso.
La
inseguridad, el miedo, la baja autoestima, los bloqueos mentales, las
obsesiones, los problemas cotidianos que nos desbordan, etc, no ayudan a
marcarse objetivos propios que nos acerquen a nuestras metas.
No
sólo es cosa de nuestro aquí y ahora, demasiadas veces nuestros padres nos han
premiado o reconfortado a través de la comida. Es ahí donde a veces ya siendo
adultos, no refugiamos y nos consolamos de problemas y conflictos que no
sabemos gestionar.
Buscamos
en los armarios de la cocina, en el frigorífico, en los estantes del
supermercado… ¿Qué encontramos? Encontramos falsas soluciones, que durante
segundos nos hacen sentir la sensación de gozo y plenitud que nos traslada de
forma inconsciente a nuestra niñez, cuando quizás ese problema o conflicto era
resuelto por nuestros padres, o quizás sin más se desvanecía.
Hoy
son muchas las personas que siguen buscando el consuelo inmediato en ese
efímero momento, ingiriendo aquello que nos marcamos como prohibido.
Y
no son estas personas seres débiles, o de personalidad quebradiza, sino auténticas heroínas, espléndidas en sus múltiples facetas de su vida. Superhéroes
en el dominio de su trabajo, casa, familia y resto de propósitos que van
superando a lo largo de su existencia.
¿Qué les pasa entonces con el dominio de
conseguir hacer una dieta y ser dueñas de sus decisiones alimenticias?, ¿Qué complejidad esconde dejar de comer
determinados alimentos de forma temporal?, ¿Es quizás sólo una cuestión de voluntad?, ¿Quizás la motivación nunca es lo suficientemente duradera? Son
muchas las preguntas, y muchas las respuestas que pueden darse para cada una,
pero quizás la respuesta más importante, es que no es nada fácil dejar de hacer
algo que llevamos haciendo toda una vida, y de lo que obtenemos un placer
inmediato. Sí, ya sé que después, el placer se convierte en frustración,
arrepentimiento y malestar general, pero no hay que olvidar que de primeras
existe el placer.
Son
muchas las promesas que se nos hacen a la hora de iniciar un nuevo a ataque a
nuestros kilos, pero no debemos seguir engañándonos, hacer una dieta implica un
esfuerzo, y una dedicación y tiempo que
tenemos que estar dispuesto a sacrificar, si no se esta preparado para ello,
debemos apuntarnos un nuevo fracaso.
