domingo, marzo 20

Proponte tu última oportunidad

Amarse, aprobarse, confiar en nosotros y hacer las cosas para nosotros… es una buena ayuda para establecer una relación sana con la comida, y en consonancia bajar de peso.
La inseguridad, el miedo, la baja autoestima, los bloqueos mentales, las obsesiones, los problemas cotidianos que nos desbordan, etc, no ayudan a marcarse objetivos propios que nos acerquen a nuestras metas.

No sólo es cosa de nuestro aquí y ahora, demasiadas veces nuestros padres nos han premiado o reconfortado a través de la comida. Es ahí donde a veces ya siendo adultos, no refugiamos y nos consolamos de problemas y conflictos que no sabemos gestionar.
Buscamos en los armarios de la cocina, en el frigorífico, en los estantes del supermercado… ¿Qué encontramos? Encontramos falsas soluciones, que durante segundos nos hacen sentir la sensación de gozo y plenitud que nos traslada de forma inconsciente a nuestra niñez, cuando quizás ese problema o conflicto era resuelto por nuestros padres, o quizás sin más se desvanecía.

Hoy son muchas las personas que siguen buscando el consuelo inmediato en ese efímero momento, ingiriendo aquello que nos marcamos como prohibido.
Y no son estas personas seres débiles, o de personalidad quebradiza, sino auténticas heroínas, espléndidas en sus múltiples facetas de su vida. Superhéroes en el dominio de su trabajo, casa, familia y resto de propósitos que van superando a lo largo de su existencia.

¿Qué les pasa entonces con el dominio de conseguir hacer una dieta y ser dueñas de sus decisiones alimenticias?,  ¿Qué complejidad esconde dejar de comer determinados alimentos de forma temporal?, ¿Es quizás sólo una cuestión de voluntad?, ¿Quizás la motivación nunca es lo suficientemente duradera? Son muchas las preguntas, y muchas las respuestas que pueden darse para cada una, pero quizás la respuesta más importante, es que no es nada fácil dejar de hacer algo que llevamos haciendo toda una vida, y de lo que obtenemos un placer inmediato. Sí, ya  que después, el placer se convierte en frustración, arrepentimiento y malestar general, pero no hay que olvidar que de primeras existe el placer.
 
Son muchas las promesas que se nos hacen a la hora de iniciar un nuevo a ataque a nuestros kilos, pero no debemos seguir engañándonos, hacer una dieta implica un esfuerzo, y una dedicación y tiempo que tenemos que estar dispuesto a sacrificar, si no se esta preparado para ello, debemos apuntarnos un nuevo fracaso. 


Si queremos tener éxito en nuestro próximo intento de acabar con nuestro kilos, debemos tener en cuenta lo dicho, pero teniendo en nuestra cabeza un plan de acción en el que la temporalidad debe marcar nuestro entusiasmo. Hacer dieta tiene que ser cosa de un tiempo, para que el resto de nuestra vida este ausente de dietas, y se convierta en un cuidado permanente a nuestro estilo de vida. Estilo de vida que debe cambiar en aquello que le damos prioridad en la mesa, y sobre todo en nuestros hábitos saludables de deporte, sueño, estado emocional, y como no, en la práctica de mi músculo preferido, el músculo de la resistencia, que es ese músculo que nos garantizará el éxito en muchas cosas que nos propongamos.