domingo, abril 7

Plantéate tu última operación bikini




Ya estamos en primavera y pronto llegará el buen tiempo, lo que significa dejar el abrigo en el armario, y también en muchos casos, querer perder unos kilos. Por eso, para algunos ya ha empezado la operación bikini o están planteándose empezarla, así que buscarán dietas y consejos para bajar de peso, y si es de forma rápida y sin esfuerzo mejor. Pero cuidado, que seguro que habéis oído o habéis comprobado, que perder peso en poco tiempo suele tener un efecto rebote, así que es una solución temporal que a medio plazo nos puede hacer sentir peor, con la sensación de fracaso, e incluso con algún kilo de más. Además, adelgazar demasiado rápido o seguir una dieta incorrecta puede traernos problemas afectando a nuestras defensas, produciendo anemia, o haciendo que aparezcan problemas digestivos, entre otros.
 
Es conveniente que la pérdida de peso no se reduzca a hacer un régimen de urgencia, por una cuestión estética, sino que se convierta en un tema de salud, y para ello se han de valorar diferentes factores que pueden estar influyendo en nuestra alimentación y nuestro estilo de vida, incluidos los psicológicos. Y es que en muchas ocasiones, el mayor obstáculo para adelgazar, somos nosotros mismos, aunque nos resulte más fácil culpar a la constitución de nuestra familia, a nuestro propio metabolismo o  al que se inventó la maldita dieta que a no nos funciona…. Primero, es necesario decidir si realmente queremos perder peso y marcarnos unos objetivos realistas, en kilos y tiempo. Cuando creemos que además de la parte estética, que no deja de ser una imposición social, es también algo positivo para mejorar nuestra calidad de vida y nuestra salud, aumenta nuestra motivación, y entonces será el momento de reconocer todo lo que hacemos y lo que podemos cambiar para conseguir nuestro objetivo. En ese punto, toca asumir la responsabilidad y comprometerse, buscando la ayuda necesaria, sin caer en la trampa de promesas milagrosas. 

Hay 3 herramientas que son clave para el éxito y se han de tener en cuenta: alimentación, ejercicio físico y equilibrio psicológico y emocional. El tercero, aunque es el que menos se tiene en cuenta, es muy importante porque el estado anímico influye en la alimentación, y es una de las razones por la que no todas las dietas funcionan a todas las personas.
 

1. Alimentación: Cada vez hay más dietas pero es imprescindible saber que nos conviene comer según nuestra edad y nuestras necesidades, y también como hemos de comer.
 

2. Ejercicio físico: hace que quememos calorías y ayuda a hacer frente a la ansiedad. Si nos da pereza, buscar un compañero con quien compartir la actividad física y los progresos, puede hacer que nos parezca más ameno y nos ayudará a vencer la pereza.
 

3. Equilibrio psicológico y emocional: es beneficioso darse cuenta de los factores psicológicos que influyen en tener sobrepeso, o tendencia a engordar, y en poder perder peso. Será conveniente: 

            •Analizar para qué se quiere bajar de peso y reforzar la voluntad, ganando seguridad en uno mismo. Sentirse presionado a tener una silueta de modelo, puede generarnos preguntas respecto a como nos valoran los demás, y como nos valoramos nosotros mismos. Según los sentimientos que estas preguntas nos despierten, el cuerpo puede reaccionar favoreciendo pequeños o grandes sabotajes. Y aunque nos obligemos a actuar de manera condicionada y mecánica, sin una convicción clara, acabaremos poniéndonos a la defensiva con bastante probabilidad, y nos será más difícil cumplir nuestro objetivo.

            • Además, la educación sobre alimentación que hemos recibido desde pequeños influye en lo que comemos. Podemos tener hábitos y actitudes poco saludables que tendrán que cambiarse para perder peso. Pero pueden estar tan arraigados que generen algunas dificultades y pueden poner en peligro la dieta. Para impedirlo, es necesario descubrir y manejar lo que pueda ser un obstáculo, y vencer las limitaciones a la hora de conseguir resultados.

            • Por eso, otro punto importante es mejorar la expresión emocional para que la comida no sea una vía de escape a determinadas situaciones o problemas. Según como nos sentimos, nos apetecen determinados alimentos, y a veces comemos sin hambre, por ansiedad. Ésta puede aumentar si hacemos dieta y esperamos resultados, pero comer por ansiedad invita a buscar alimentos calóricos, de forma rápida, lo que será un problema durante el proceso, o después, haciendo que recuperemos peso. Se pueden aprender técnicas de relajación y otros recursos para manejar las emociones e impedir que nos conduzcan a la nevera.

            • También será necesario mantener a raya las obsesiones, ya que el organismo nos pedirá que comamos, y en especial todo aquello que se sale de la dieta si considera que se ha bajado en exceso el nivel de energía y calorías que recibe. El cuerpo no entiende de modas, pero sabe que para sobrevivir necesitamos energía, y por lo tanto, comer, así que nos mandará mensajes en forma de pensamientos o sueños sobre comida, y aumentará la intensidad si ve que no le hacemos caso.

             • Y por último también es importante pensar en uno mismo, cuidarse y valorarse, organizando el tiempo y la alimentación de forma correcta, buscar soluciones flexibles a los problemas y aceptando los límites de aquello que no podamos hacer, porque no siempre los resultados son exactamente los que queríamos, pero de todo podemos aprender. 

Si tú ya has tomado la decisión, ahora es el mejor momento para empezar, pero si lo vas dejando, es que no estás suficientemente convencido, por miedo a pasarlo mal, por miedo a no conseguirlo,… Quizás no lo necesitas! No te dejes llevar por lo que digan los demás, escúchate a ti mismo y podrás decidir. Pero si te decides y empiezas persevera. Marca en un calendario si has hecho ejercicio y los progresos que vas consiguiendo, y recuerda siempre, que pedir ayuda puede marcar la diferencia entre intentarlo y conseguirlo.
 

 

 

Fuente: http://naturalmentepsicologia.wordpress.com/tag/operacion-bikini/