martes, junio 5

Grasa abdominal


Una reciente investigación de la Universidad de Exeter (Reino Unido), publicada en Metabolism, ha descubierto que la paciencia del tejido adiposo, que es adónde van a parar todas las calorías de más, tiene un límite. Y llega un momento en el que tras expandirse tanto, sus células se sofocan, son privadas de oxígeno y se produce "un proceso de cicatrización"; la grasa se vuelve dura y poco eficiente, queda sellada, casi a fuego, alrededor de los órganos. Su apellido es visceral y es la más difícil de perder; además de aumentar el riesgo de diabetes y fallo cardiovascular. Según los investigadores ni siquiera la cirugía bariátrica es capaz de revertir el proceso.
¿Cómo puedo saber si mi tejido adiposo ha cicatrizado ya?
La investigación de Metabolism, que detectó esta disfunción midiendo los niveles de la enzima LOX, relaciona los tejidos adiposos cicatrizados con cuerpos "en forma de manzana": estómago y pecho prominentes y extremidades más delgadas.
Investigaciones previas ya habían alertado de los peligros de la grasa abdominal, que se asocia a un mayor riesgo de mortalidad: dos veces mayor para las personas con obesidad central frente a las que solo tienen sobrepeso, según Annals of Internal Medicine.
Katarina Kos, autora del estudio de Metabolism, subraya que la lección que se debe llevar a casa es que hay que cuidar el tejido adiposo antes de que se formen las cicatrices, "porque si esto sucede, a pesar de la pérdida de peso, podría no volver a recuperarse nunca".

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/05/21/buenavida/1526884001_416823.html