Buscar alternativas validas a nuestras emociones, es esencial para la buena gestión de las mismas, cuando utilizamos antídotos poco adaptados a nuestras emociones, a veces tenemos un alivio momentáneo, como por ejemplo cuando actuamos de forma agresiva, cuando lo que realmente nos pasa es que estamos tristes, identificar esas emociones, darles su nombre y reflexionar sobre cuál es la mejor forma de canalizarlas, nos ayudará a sentirnos mejor a corto y a largo plazo, porque una de las insatisfacciones con las que lidiamos en muchas ocasiones, es que el placer inmediato compite MALAMENTE con el bienestar a un plazo más largo, por ello, en muchas ocasiones nos ayudará pesar “ESTO QUE VOY A HACER ME HARÁ SENTIR BIEN MAÑANA”… Con reflexiones de este tipo, y alguna que otra estrategia de distracción, podemos torear algún que otro momento de esos que dan al traste con nuestros propósitos cuando nos dejamos llevar por el placer inmediato.